Artículo publicado por Michael Bernard Kwesi Darkoh para la Unidad de Investigación Climática de la Escuela de Ciencias Ambientales, dependiente de la Facultad de Ciencias de la University of East Anglia de Reino Unido. Michael Bernard Kwesi Darkoh es una autoridad líder en cuestiones de la desertificación. Es profesor de Geografía de la Universidad Kenyatta.

-------------------------------------------------------------------------------------------------






En la última década más o menos, 25 países de África se han enfrentado a la escasez de alimentos drástica como consecuencia de la prolongada sequía.

La reducción de la capacidad para la producción de alimentos ha traído una población de más de 200 millones de personas al borde de la calamidad. Algunos han muerto de hambre y, entre los supervivientes, especialmente los niños y los jóvenes, muchos de ellos padecen problemas de salud para el resto de sus vidas.

La comunidad internacional se unió en la ayuda de emergencia, tanto desde el punto de vista de suministro de alimentos como de asistencia técnica en la rehabilitación de víctimas de la sequía. Sin embargo, se espera que continúe el riesgo de sequias en África. Éste no puede desaparecer por un caso de ayuda de emergencia masiva. Se debe desarrollar una estrategia a largo plazo para velar por el desarrollo sostenible de estas regiones pobres.

Las sequías y las hambrunas que han asolado África en el pasado, así como los desastres naturales, no se dan simplemente por la falta de lluvias. Son resultado del largo deterioro en la capacidad de África para alimentarse a sí misma y provocado, en gran medida, por los errores y la mala gestión, tanto dentro como fuera del continente.
Como Lloyd Timberlake dice en su libro África en crisis, "África ha tomado demasiado de su tierra y ha dejado al descubierto sus cuentas ambientales. El resultado ha sido la quiebra del medioambiente".


Lo que Timberlake denomina "quiebra del medio ambiente" se ha producido como resultado de un proceso de degradación de la tierra mediante el cual el potencial biológico del contienente y su capacidad para apoyar a las poblaciones se ve gravemente disminuida. La desertificación es el termino que recientemente se ha dado a este proceso.

Sus causas principales son la sequía, la desecación o aridez y las actividades humanas. La sequía es la falta de lluvia prolongada. Su duración suele ser corta, de uno a dos años. En términos ecológicos, se trata de un periodo seco de un ecosistema que, a menudo, se recupera rápidamente una vez que la lluvia regresa. La desecación, sin embargo, es un proceso de desertificación resultante de un período de seca que dura décadas. Las actividades humanas son el cultivo excesivo, sobrepastoreo, la deforestación, las prácticas deficientes de riego y cualquier otro uso inapropiado de la tierra y la gestión humana de los ecosistemas.































0 comentarios:

Publicar un comentario