"Solamente se puede amar aquello que se ha sufrido"

Agrada el modo en el que Javier Nart trata a sus gentes del Chad: la forma en la que habla con ellos; la atención con la que les escucha; y, sobre todo, el cariño con el que toma el cazo metálico para beber el agua fresca recién recogida de los subsuelos del desierto. Debe ser por ese cariño por lo que se ha ganado el respeto con el que le tratan. Conversador entre conversadores; sus conocimientos de la zona, su experiencia y su capacidad de oratoria son tales que hay momentos en los que es imposible seguirle.

Todos conocíamos al Javier Nart abogado, corresponsal de guerra y tertuliano. Pero lo que muy pocos sabíamos es que en 1977 un jovencísimo Javier llega al Chad para terminar alistado en el FROLINAT (Frente para la Liberación Nacional del Tchad). En agosto de 2009 ha regresado, una vez más, para hacer de mediador y posibilitar, así, las relaciones entre la Asociación Awornga de Gouro y la ONG vasca Nazioarteko Elkartasuna- Solidaridad Internacional. Objetivo: impulsar la educación de los más pequeños y estrechar lazos en la lucha contra la desertificación.

Javier Nart pisa por primera vez el norte del Chad en 1977, ¿qué le mueve hasta allí?
Entonces yo era responsable de Relaciones Internacionales del Partido Socialista Popular; y la lucha del Frente de Liberación Nacional del Chad (FROLINAT) la entendí como una faceta muy importante de un proceso de lucha por la libertad que únicamente era asumido por Occidente si la guerrilla luchaba contra las potencias coloniales (Portugal, Rodesia), pero no contra los gobiernos pseudo-independientes, esto es, el neocolonialismo.

En realidad fue un espejismo. El FROLINAT desarrollaba una lucha desde la realidad social chadiana. Es decir, una contestación tribal que no podía sobrepasar esos límites. Se ganó la guerra pero se perdió la paz.

¿Cómo te reciben y cómo te ven? Porque imagino que ver a un blanco por Moussoro, Gouro o Bardai en 1977...
Estoy muy satisfecho de haber pasado la frontera de la piel, de la raza. Y de que mis compatriotas chadianos me reciban como tal: como a un compañero. Y más satisfacción me da el hecho de que lo entiendan de igual manera aquellos a los que tuve por enemigos en las guerras. A día de hoy tengo amigos que fueron mis enemigos y sigo manteniendo a los que ya eran amigos desde antes.



¿Cuál era la situación de esa zona del país en aquellos años y por qué luchabais?
Era un país que no había cambiado en mil años. No había habido cambios ni en las costubres ni en la forma básica de vida, que era el nomadismo y la escasa agricultura. La lucha tenía como fin acabar con el poder opresivo del gobierno impuesto por Francia. Con el error fundamental de que no se realizó ni un sólo cambio en la estructura y el comportamiento de las áreas liberadas por la guerrilla. Ése fue el principal y decisivo factor de nuestro fracaso.


¿Ha cambiado en algo la situación sociopolítica en estos 30 años?
Aunque parezca que no, las cosas cambian en 30 años. Por un lado, Chad ha encontrado petróleo. Por otro, se mantienen todos los factores de desestructuración nacional. Me refiero a que sigue siendo una nación artificial, como todas las de África.

La sociedad chadiana se ha ido adaptando a la utilización de avances técnicos pero no por ello altera las pautas y los ritmos de su conducta ancestral. Tras la apariencia de modernidad existe una realidad tradicional. No ha habido revolución agraria, ni revolución industrial. En consecuencia, no ha habido transformación cultural.

¿Qué significa para Javier ser Cónsul de la República del Chad en España?
Hacer lo que pueda por un país del que me considero parte.

¿En qué medida está afectando el proceso de desertificación en el norte del Chad y, más en concreto, en Gouro?
Conocí por primera vez Gouro en 1977. Aquel Gouro era un oasis espléndido. Un bosque denso de palmeras donde existían pozas de agua, fuentes y huertos. Gouro era una localidad viva, no el Gouro al que viajamos el pasado mes de agosto en el que quedaban jirones de palmeras, restos miserables de huertos y escasa agua. Gouro está siendo estrangulado por los vientos de arena y la sequía. Gouro es un ejemplo pavoroso del cambio climático.


¿Cuáles van a ser las consecuencias?
Que nos vamos a encontrar ante "un Darfur" del océano Atlántico al mar Rojo. La desertificación no es un problema de sensibilidad ecológica. Es una amenaza directa a la vida de millones de personas que se ven y se verán obligadas a desplazarse hacia el sur, a invadir otros oasis, otros pozos, otros pastos. Y, en consecuencia, a luchar, matar y morir por ellos.

Se trata de un problema básico de seguridad para Europa, ya que somos su vecindad próxima, su salvación. Más allá de la filantropía es necesaria una respuesta inteligente: evitar que nos reviente África ante nuestros ojos, evitar que se produzcan desplazamientos masivos de población que terminarán presionando la frontera europea.

¿Qué podemos hacer o que responsabilidades se nos suponen a los países "desarrollados"? Y, por otro lado, ¿qué podemos hacer como individuos?, ¿cuál puede ser ese grano de arena que aportemos cada uno?
Como individuos podemos clamar para que nuestros gobiernos despierten de su modorra. No se trata de enviar ONG´s o tropas de interposición una vez se haya producido la tragedia. La cuestión es hacer frente al problema en toda su magnitud antes. Es preciso facilitar medios a la población local para que puedan encontrar respuesta a sus preguntas: educación, sanidad, agricultura o pastoreo.

Además de la desertificación, las gentes de Gouro se enfrentan a una vida llena de dificultades, ¿por dónde empezarías? Y, ¿qué solución plantearías en el largo plazo?
Es preciso impedir la muerte y propiciar la vida. Esto significa sanidad básica. Es decir; comadronas, enfermeros, sanitarios locales que deben y puedan quedarse en un lugar que es extremadamente inhóspito.

También hay que adaptar la educación a las condiciones del lugar. Carece de sentido que los niños aprendan raíces cuadradas o exquisiteces abstractas de física y química cuando de lo que precisan son de conocimientos sobre instalaciones de pozos negros, contaminación del agua, utilización de riego. Es decir, tecnología que corresponda a su vida: sanidad, agricultura y pastoreo.

En cuanto al desarrollo, necesitan medios locales para hacer frente a la desertificacíón, al viento de arena. Se llevan a cabo muchos proyectos con tecnología punta en cuyas inauguraciones se hacen preciosas fotografías pero que finalmente se abandonan por imposibilidad económica. Hace falta apoyo exterior en proyectos definidos y dirigidos por la población local, aunque el control de los gastos lo lleve el contribuyente europeo. La ayuda exterior solo es operativa cuando existe una responsabilidad en cuanto a los beneficios.


¿Por qué es tan relevante que un niño de Gouro vaya a la escuela?
Porque la escuela es la capacitación para la vida. Pero insistiría en que se trata de una capacitación que atienda a sus necesidades. Es un inmenso error ofrecer la misma enseñanza en lugares donde lo que se precisa son conocimientos adaptados a las necesidades directas y básicas. Eso no significa condenarlos a su presente sino facilitarles un presente mejor. Posteriormente, y en un segundo periodo escolar, se les puede facilitar otra formación a aquellos que deseen una enseñanza superior.

¿Cómo es posible que tratándose de una socidad musulmana luchen para que la escuela salga a flote y sus hijos no se vean obligados a acudir a las madrazas o escuelas coránicas?
Porque por encima de la incomprensión occidental y del reduccionismo que supone nuestra propia ignorancia de esas gentes y de sus vidas, se encuentra la "realidad real". Los padres son conscientes de que el conocimiento significa progreso y que es la escuela moderna la que da esos medios. Aunque llevan a cabo una práctica religiosa islámica se trata de un islamismo extremadamente abierto en el que el fundamentalismo no ha tenido ningún éxito.

Lo primero que les preocupa a los hombres de Gouro son sus mujeres, que éstas no fallezcan a la hora de dar a luz.
Porque esos hombres para los que la mujer tiene un papel secundario son conscientes de que su comunidad se fundamenta en la vida de sus mujeres, que son las que dan vida a través de los hijos. La muerte de sus mujeres en el parto es la muerte de su propia sociedad. Por eso nos pedían que formaramos comadronas.

Para ello, no necesitan ningún Ministerio de Igualdad sino simplemente constatar que cuantas más mujeres mueran en el parto menos posibilidades tendrá Gouro de sobrevivir. Es zoología no cultura.

El hombre y la mujer viven en espacios separados...
La relación entre hombres y mujeres sorprende a un occidental. Son dos mundos distintos donde la intercomunicación es escasa. Por un lado, existe un espacio de hombres que es el de los adultos y el de los niños tras la circuncisión. Por otro lado, está el espacio de las mujeres que son ellas, las niñas y los niños antes de ser circuncidados.

La mujer es respetada y se hace respetar porque es extraordinariamente brava, en muchas ocasiones más que los hombres. Al ser musulmanes la mujer es considerada inferior pero no existe el sometimiento. En el Sahara el valor del individuo frente a la naturaleza acrecienta la independencia de la mujer.

¿Cómo es la relación del hombre y la mujer dentro del matrimonio?
Hay afecto y respeto entre ambos. Existe cierta autoridad por parte del marido y también una mayor indepencia de la mujer en comparación con otros ámbitos de la sociedad islámica.

Y, ¿cómo es la relación entre padres e hijos?
El padre tiene una relación más directa con el hijo desde su mayoría de edad o circuncisión. Hasta entonces su vida se da en el ámbito materno. La hija pertenece al ámbito de la mujer. Ellas se encuentran bajo la autoridad-protección del varón, ya sea por padre, esposo, hermano mayor o tío paterno.
Hiciste de mediador entre las gentes de Chad y de Gouro y la ONG Nazioarteko Elkartasuna- Solidaridad Internacional. ¿Qué balance harías de los resultados obtenidos en la expedición que tuvo lugar el pasado agosto?
Creo que el balance fue espléndido. Los miembros de Solidaridad Internacional vieron y tocaron directamente lo que en cien explicaciones hubiera sido inútil. La ciencia, el conocimiento, es importante pero no hay ciencia sin experiencia.

Tú, que habías estado en ese terreno en situaciones muy delicadas, ibas "al mando" de otras 8 personas que jamás habían estado allí y que ni siquiera imaginaban lo que era aquello, ¿qué es lo que más temías antes de partir?
Escaso "mando" tenía... Lo que sí tenía era lógica preocupación por los efectos que la extrema dureza del viaje tendría en la salud y en la convivencia de la expedición.

Dejamos compañeros enfermos por el camino, que recuperamos después, y mantuvimos una relación entre nosotros que inmediatamente pasaron de formales a espléndidas. Cuando después de un viaje tan duro se sigue hablando bien de los compañeros, significa que todo fue bien. En este caso, mejor que bien.

¿Qué se siente al reencontrarse con viejos amigos del 77?
Una contradictoria sensación de alegría por verlos y de desesperanza por encontrarlos en el estado en el que están. Recordar tantos amigos muertos...Tanto sufrimiento para nada o casi nada... La mejor definición de la situación fue un encargo que hace años me hizo un comandante guerrillero, cuando me pidió que le enviara un libro desde España. Se titulaba Las esperanzas perdidas. Al mes de recibirlo lo mataron en combate.


En una entrevista afirmaste que para ti el lugar más especial del mundo era el Tibesti, al norte del Chad... ¿Qué es lo que ha hecho de esa zona un lugar tan especial?
Fue el primer lugar que pisé en territorio chadiano acompañado por la guerrilla. Todo ello, mientras por tierra nos seguía el ejército chadiano y por aire la aviación francesa. Un líder de Al Fatah me dijo en una ocasión que "solamente se puede amar aquello que se ha sufrido". Pues eso.

No dormirás en el suelo cuando viajas al norte del Chad...
No hay otro lugar. Retiras las piedras, aplanas el terreno y si hay arena ya es un lujo. Al levantarte examinas con atención todo a tu alrededor y revisas tus zapatos. No sea que alguna serpiente haya compartido tu calor o algún escorpión haya entrado en esa "cavidad protectora" que es tu calzado. Pero francamente...Es más el ruido que las nueces. En 35 años las picaduras siempre las han recibido otros.
Artículo publicado por Michael Bernard Kwesi Darkoh para la Unidad de Investigación Climática de la Escuela de Ciencias Ambientales, dependiente de la Facultad de Ciencias de la University of East Anglia de Reino Unido. Michael Bernard Kwesi Darkoh es una autoridad líder en cuestiones de la desertificación. Es profesor de Geografía de la Universidad Kenyatta.

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En la última década más o menos, 25 países de África se han enfrentado a la escasez de alimentos drástica como consecuencia de la prolongada sequía.

La reducción de la capacidad para la producción de alimentos ha traído una población de más de 200 millones de personas al borde de la calamidad. Algunos han muerto de hambre y, entre los supervivientes, especialmente los niños y los jóvenes, muchos de ellos padecen problemas de salud para el resto de sus vidas.

La comunidad internacional se unió en la ayuda de emergencia, tanto desde el punto de vista de suministro de alimentos como de asistencia técnica en la rehabilitación de víctimas de la sequía. Sin embargo, se espera que continúe el riesgo de sequias en África. Éste no puede desaparecer por un caso de ayuda de emergencia masiva. Se debe desarrollar una estrategia a largo plazo para velar por el desarrollo sostenible de estas regiones pobres.

Las sequías y las hambrunas que han asolado África en el pasado, así como los desastres naturales, no se dan simplemente por la falta de lluvias. Son resultado del largo deterioro en la capacidad de África para alimentarse a sí misma y provocado, en gran medida, por los errores y la mala gestión, tanto dentro como fuera del continente.
Como Lloyd Timberlake dice en su libro África en crisis, "África ha tomado demasiado de su tierra y ha dejado al descubierto sus cuentas ambientales. El resultado ha sido la quiebra del medioambiente".


Lo que Timberlake denomina "quiebra del medio ambiente" se ha producido como resultado de un proceso de degradación de la tierra mediante el cual el potencial biológico del contienente y su capacidad para apoyar a las poblaciones se ve gravemente disminuida. La desertificación es el termino que recientemente se ha dado a este proceso.

Sus causas principales son la sequía, la desecación o aridez y las actividades humanas. La sequía es la falta de lluvia prolongada. Su duración suele ser corta, de uno a dos años. En términos ecológicos, se trata de un periodo seco de un ecosistema que, a menudo, se recupera rápidamente una vez que la lluvia regresa. La desecación, sin embargo, es un proceso de desertificación resultante de un período de seca que dura décadas. Las actividades humanas son el cultivo excesivo, sobrepastoreo, la deforestación, las prácticas deficientes de riego y cualquier otro uso inapropiado de la tierra y la gestión humana de los ecosistemas.































"Vivir en el desierto es infinitamente más duro de lo que había imaginado"

No pudo llegar a Gouro por un problema estomacal. Sin embargo, si hay algún miembro
de la expedición que vivió en sus propias carnes la dureza del desierto, ése fue el Concejal del Ayuntamiento de Erandio, David Herrero.

Él mismo sufrió el aislamiento de una población que, en caso de enfermar o tener algún inconveniente a la hora de dar a luz, puede tardar, con suerte, más de un día en llegar a Faya, capital de la parte norte del Chad. Todo esto suponiendo que cuenten con un vehículo.

Por ello, David Herrero sabe que se quiere involucrar a fondo para ayudar a una población que no tiene a quién pedirle ayuda. Y a la que, además, el proceso de desertificación, generado tanto por el cambio climático como por la acción del hombre, le está obligando a emigrar como único modo de asegurar su supervivencia.



Cómo te adhieres a este proyecto y, sobre todo, en qué piensas para decidir viajar al norte del Chad.
Conocí a la ONG Nazioarteko Elkartasuna- Solidaridad Internacional a través de Carmen Díaz, compañera en el Ayuntamiento de Erandio. Desde el comienzo, las relaciones con el equipo que conduce la ONG han sido muy gratificantes. Además, personalmente estoy muy interesado en el mundo de la cooperación. Cuando conocimos la existencia de este proyecto decidimos poner en contacto al concejal de cooperación de este municipio con el equipo de Nazioarteko Elkartasuna- Solidaridad Internacional. Finalmente, el Ayuntamiento de Erandio contribuyó a la financiación y yo fui invitado por la ONG a viajar con ellos para conocer la problemática in situ.

No fue difícil tomar la decisión de viajar hasta allí. Como he citado anteriormente me interesa mucho el mundo de la cooperación y desde el principio lo entendí como una oportunidad única para conocer la realidad política, social y étnica de aquel país y, sobre todo, comprobar las condiciones de vida de sus gentes.

¿Cómo imaginabas que iba a ser aquello antes de la partida?
Cualquiera de nosotros, a través de los medios de comunicación a los que tenemos acceso, nos podemos hacer una idea, al menos superficial, de las condiciones de vida de países como el Chad. Lo cierto es que una vez que uno pone los pies en aquella tierra se da cuenta de que vivir allí es infinitamente más duro de lo que previamente había imaginado.

¿Con qué te encuentras?
Con la Pobreza en el significado más amplio de la palabra. Y con gente que no tiene ningún tipo de oportunidad por el mero hecho de haber nacido allí. Gente que, a su vez, sale adelante y lucha por sobrevivir.


Como concejal de Erandio en un partido de la oposición, ¿cómo planteas el proyecto y qué reacciones genera?
Este tipo de proyectos generan unión en todos los grupos políticos. Son proyectos de municipio y prueba de ello es que se ha llevado a cabo con la participación de todos los partidos, aunque en otros ámbitos estemos enfrentados.

¿Crees que están satisfechos con los resultados obtenidos?
Estoy seguro de ello. Creo que todos debemos estarlo. La Junta de Gobierno, los grupos en la oposición y todos los erandiotarras que, al fin y al cabo, son los que en realidad han financiado el proyecto. La idea de que un municipio obrero como Erandio destine parte de sus recursos a financiar proyectos para mejorar, en la medida de sus modestas posibilidades, las condiciones de vida de un pueblo como Gouro tiene mucho de pedagógico. Nosotros, la gente humilde del primer mundo podemos ayudar a salir adelante a la gente humilde del tercer mundo. ¿Quién mejor que nosotros?


¿Están concienciados los Ayuntamientos de la parte que les toca en lo que a la cooperación internacional se refiere?
Es difícil generalizar. La cooperación internacional descentralizada ha cobrado mucha importancia en los últimos años y eso hay que reseñarlo. Hay muchos ayuntamientos que destinan el 0,7% de sus presupuestos a este tema y algunos más. Pero es cierto que muchos otros no llegan. El grado de concienciación es muy heterogéneo.


Sé que estás muy ilusionado por trabajar en este proyecto y que Gouro no se quede en el olvido. ¿Cuál es tu labor a partir de ahora?
Mi labor es estar a disposición de Nazioarteko Elkartasuna- Solidaridad Internacional y del Ayuntamiento para loq ue pueda ser útil. Me encantará poder estar pendiente del proyecto y verlo evolucionar para que, finalmente, con los resultados obtenidos podamos ayudar a la gente de Gouro. Haré todo lo que esté en mi mano para que Gouro no quede en el olvido.


Debido al problema de estómago que viviste, pasaste varios días en Faya, la capital de la región Borkou-Ennedi-Tibesti (BET), al norte del Chad. ¿Cómo es la capital de la región?
Es cierto, tuve que pasar varios días en Faya recuperándome del estómago. Sinceramente, lo que me viene a la cabeza cuando pienso en aquellos días es el calor. Un calor asfixiante del que uno trataba, sin éxito, de refugiarse. Me parecía increible la fortaleza y el ritmo de vida que llevaban las gentes del lugar con temperaturas que rondaban los cincuenta grados y que suponían que cada paso que yo daba supusiera un esfuerzo inaudito.

Faya se encuentra ubicada en un oasis en mitad del desierto y es, además de la capital, la ciudad más grande de la región Borkou-Ennedi-Tibesti. Sin embargo, los servicios con los que cuenta son escasos. Por ejemplo, existe una consulta médica pero la carencia de recursos es tal que no creo que allí se pueda hacer mucho más que ofrecer ciertos consejos elementales. Por suerte, en la ciudad existe un cuartel militar francés, donde me consta que también se atienden las necesidades médicas de los habitantes de Faya. Por lo demás, la ciudad está muy viva, en comparación con el resto de poblaciones que nos encontramos en el trayecto, y existe bastante comercio, sobre todo de dátiles.

En una frase, ¿qué es para David Herrero el desierto del Sáhara?
Un territorio tan atrayente como peligroso, cuyos habitantes son héroes con una fortaleza y una dignidad asombrosas.


¿Cuáles crees que son las prioridades de la población?, ¿con qué se debería empezar?
Creo que las prioridades tienen que ver con cubrir las necesidades básicas. En Gouro, por ejemplo, cada vez es más complicado acceder al agua de los pozos que es, al fin y al cabo, la que garantiza la supervivencia de su agricultura. Esta situación podría paliarse, por un lado, con conocimientos y, por otro, poniendo a su disposición los medios técnicos adecuados. Diría que es la pescadilla que se muerde la cola, ya que si en la escuela no hay suficientes profesores es, entre otras cosas, por la inexistencia de infraestructuras que conecten el pueblo con núcleos más grandes de población. Y así va sucediendo con todo. Se trata de dar pequeños pasos que vayan posibilitando un desarrollo paulatino.

Una vivencia o imagen que no podrás olvidar...
La imagen de un hombre y su hija pequeña trabajando en el pastoreo de camellos, en mitad del desierto, a 50 grados de temperatura y cientos de kilómetros de la civilización.