4. Llegada a Gouro por Joaquín Barrado
El día 27 de diciembre de 2011 llegamos a Gouro. Lo primero que te encuentras en un palmeral rodeado del macizo del Tibesti, donde el agua no está en un lago en el centro, sino que es agua subterránea. Nos estaba esperando una comitiva de recibimiento, puestos en fila para saludarnos uno a uno a todos los que llegábamos al pueblo. Los primeros en saludarnos eran los que mayor rango social y al final de todos estaba este grupo de niños.
El día 27 de diciembre de 2011 llegamos a Gouro. Lo primero que te encuentras en un palmeral rodeado del macizo del Tibesti, donde el agua no está en un lago en el centro, sino que es agua subterránea. Nos estaba esperando una comitiva de recibimiento, puestos en fila para saludarnos uno a uno a todos los que llegábamos al pueblo. Los primeros en saludarnos eran los que mayor rango social y al final de todos estaba este grupo de niños.
En todo el municipio sólo tiene luz eléctrica la casa del subprefecto (el que manda), el resto de las casas no tienen luz eléctrica. Llegamos a la “casa” donde nos hospedábamos, era la casa de un ex diputado, que ahora es funcionario en la capital.
La casa era un terreno de unos 200m2, con un muro de adobe que rodea el terreno y en dos laterales hay 6 habitaciones, tres a cada lado, donde íbamos a hospedarnos. Las “habitaciones“que componen la casa son de 4x2 m, en las que hay una puerta (que no se cierra ni de noche ni de día) y una ventana. Dentro de la estancia sólo hay una alfombra que cubre el suelo, sobre la que ponía mi saco de dormir y dormía. Las comodidades “europeas” no han llegado todavía al pueblo de Gouro. Las medidas de la casa son similares en todos los sitios, es debido a que utilizan troncos de palmera y si fueran más anchos los troncos se doblarían. La ducha era un cubo de agua sacado del pozo entre cuatro paredes en el patio de la casa.
Es curioso que en el pueblo todo el mundo tiene teléfono móvil, y si hay una antena de teléfono. La gente cargaba sus teléfonos móviles con un cargador de coche y los teléfonos móviles son imitaciones de Nokia del gigante chino. Cuando estas en el fin del mundo, como parece este sitio, el poder comunicarte con tu familia con un teléfono móvil es toda una maravilla.
La población del sur, cristiana, con una profesión (enfermer@s y profesores) hablaban por lo general árabe, francés y algo de inglés, toda una verdadera sorpresa, ya que podía hablar con ellos en inglés.
Los días pasaban entre reuniones con los notables del pueblo, los agricultores, los profesores, en el ambulatorio,.. Realmente en Gouro estuvimos 3 días de los 17 que duró el viaje. Esto fue debido a que se tardaban 4 días en ir de la capital a Gouro y que la vuelta la hicimos pasando por otros pueblos y tardamos unos 7 días.
El primer día que estuve en Gouro me llevaron a ver unos huertos donde cultivan debajo de algunos palmerales. La verdad es que tienen un gran problema para cultivar, por dos razones: el avance de las dunas y la salinización de los suelos por la forma de regar. Mi trabajo consistía en hacer una valoración visual del lugar, ver que problemas tienen, que posibilidades hay de remediarlo y proponer la toma de medidas preventivas, siempre es mejor tomar las medidas antes de que ocurran los problemas irreversibles, para evitar que los problemas se hagan más graves.
El resto de los días en Gouro transcurrieron con tranquilidad, conociendo mucho mejor su forma de vivir, ya que vivía como uno de ellos. El pueblo tenía un poco de todo: tres colegios (donde las clases son en francés y dan todo tipo de materias), uno de ellos para musulmanes (donde sólo aprenden el Corán con un hombre que haya estado en la meca al menos una vez en su viva), tiene dos mezquitas, un ambulatorio, un mercadillo que son muchas habitaciones en la calle donde venden productos de china… y… cabras y camellos.
El funcionamiento del colegio es diferente a España, allí tienen clase de lunes a sábado y de 7:15 a 12:30h. La biblioteca no es muy extensa… se reduce a no más de 20 ejemplares. Es una pena que los niños no tengan acceso a poder leer un libro cuando quieran… sería algo de debería mejorarse… aunque es cierto que es más importante que los niños vayan a la escuela. En todo el municipio hay unos 400 niños escolarizados, de los cuales un 10% son niñas, cosa que llama la atención en un pueblo musulmán. Las niñas comparten aula con los niños, aunque en el patio luego se separan. Como dato curioso una niña que venía con nosotros desde la capital a Gouro, de 17 años, venía de vacaciones de navidad a su pueblo, ya que sus padres la habían enviado a la capital para que siguiera estudiando. Esto es un hito que inicia un proceso de cambio en la mentalidad de la etnia musulmana, dejando ver lo avanzados o el interés que tienen por evolucionar.
En cuanto a la sanidad decir que se ha llevado a cabo un curso de formación para formar como auxiliares de matrona a 16 mujeres del municipio para que puedan ayudar a otras mujeres en el parto, algo valorado muy positivamente por los notables del municipio.
Es una gente muy agradecida, sabía que nuestra presencia allí era para ayudarles y como anécdota decir que el último día uno de los agricultores que nos mostró su huerto nos trajo un racimo de plátanos de su propia cosecha en agradecimiento a que fuésemos a ver su huerto para tomar nota de la situación e intentar buscar solución a su problema, que es común al resto de agricultores.
Uno de los días que pasamos en Gouro estuvimos plantando en el patio del colegio unos árboles para que den sobra, ya que donde esá el colegio no hay árboles... fue todo un acontecimiento, la verdad es que parecía una inauguración mas que el simple hecho de plantar unos árboles y allí me mandaron plantar un árbol...